Piedra Cabujón Turquesa
El Cabujón Turquesa, una joya de belleza etérea, ha encantado a las civilizaciones durante milenios. Venerada como símbolo de protección y adornada por su cautivador tono azul cielo, esta preciada piedra preciosa ocupa un lugar especial en el mundo de la joyería. Únase a nosotros en un viaje para explorar el encanto atemporal de Turquoise Cabochon y las razones detrás de su perdurable popularidad.
Turquesa, una piedra preciosa llena en la historia, es un fosfato hidratado de aluminio y cobre. Su distintivo color azul cielo surge de la presencia de cobre, mientras que sus patrones en forma de red y sus variaciones de tono se atribuyen a otros minerales como el hierro y el zinc. Extraída de regiones de todo el mundo, la turquesa ha sido atesorada desde la antigüedad por su fascinante belleza y significado cultural.
El encanto de Turquoise Cabochon reside en su color encantador y patrones intrigantes. El tono azul cielo de la gema evoca una sensación de tranquilidad, que recuerda a cielos despejados y aguas cristalinas. La presencia de llamativas vetas en forma de red, a menudo denominadas "matriz", agrega profundidad y carácter a la gema, haciendo que cada piedra sea única y cautivadora.
Cuando se transforma en cabujón, la turquesa revela una superficie pulida y abovedada que muestra el resplandor interior de la gema, permitiéndole emanar un brillo suave que captura la imaginación.
Turquesa, una piedra preciosa llena en la historia, es un fosfato hidratado de aluminio y cobre. Su distintivo color azul cielo surge de la presencia de cobre, mientras que sus patrones en forma de red y sus variaciones de tono se atribuyen a otros minerales como el hierro y el zinc. Extraída de regiones de todo el mundo, la turquesa ha sido atesorada desde la antigüedad por su fascinante belleza y significado cultural.
El encanto de Turquoise Cabochon reside en su color encantador y patrones intrigantes. El tono azul cielo de la gema evoca una sensación de tranquilidad, que recuerda a cielos despejados y aguas cristalinas. La presencia de llamativas vetas en forma de red, a menudo denominadas "matriz", agrega profundidad y carácter a la gema, haciendo que cada piedra sea única y cautivadora.
Cuando se transforma en cabujón, la turquesa revela una superficie pulida y abovedada que muestra el resplandor interior de la gema, permitiéndole emanar un brillo suave que captura la imaginación.
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