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Las pulseras de plata, especialmente las de plata maciza o plata esterlina, no se estiran de la misma manera que las pulseras elásticas o de tela. La plata es un metal relativamente rígido y su estructura no permite un estiramiento o deformación significativos.

Sin embargo, puede existir la percepción de que una pulsera de plata se vuelve más cómoda con el tiempo. Esto no se debe a que la pulsera en sí se estire sino a que la pulsera se adapta a la forma de la muñeca del usuario mediante el uso y el movimiento. A medida que usa la pulsera, es posible que se ajuste ligeramente y se ajuste a las curvas naturales de su muñeca, creando un ajuste más cómodo y personalizado.

Es importante tener en cuenta que una fuerza excesiva o un estiramiento intencional pueden dañar una pulsera de plata, especialmente si tiene diseños intrincados o presenta piedras preciosas. Si sientes que tu pulsera te queda demasiado apretada o demasiado suelta, es recomendable consultar con un joyero profesional. Pueden evaluar el diseño y sugerir ajustes apropiados para garantizar tanto la comodidad como la preservación de la integridad de la pulsera.